HISTORIA DE MINERÍA
Los orígenes de la minería
Sabemos muy poco de la época prehistórica, aunque la presencia humana en la región debió ser importante y estar estrechamente ligada a la explotación de los recursos minerales. En época ibérica, la explotación del cobre y del hierro debió intensificarse con la construcción de varios centros fortificados como el Cerro Zorrero, el Cardal, las minas de Lanteira y el Peñón de Alrután.
La actividad minera continuó sin duda bajo la dominación romana, como se desprende de la toponimia, ya que Ferreira y Lanteira son dos nombres de origen latino con una clara alusión a la actividad minera del hierro y la plata respectivamente. Durante la Alta Edad Media se produjo un resurgimiento de la minería con la aparición, en los siglos V y VI, de nuevos talleres relativamente grandes junto a las zonas mineras, aunque siempre concentrados en las cimas de las altas colinas.
Tras la conquista cristiana en 1489, Guadix siguió siendo un importante centro siderúrgico gracias, en gran medida, al mineral procedente de Alquife. Sin embargo, en los pueblos cercanos aparecieron otros dos centros de transformación: uno en Jérez y otro en Lugros, equipados con fuelles y martillos hidráulicos. Según M. Bertrand, esto habría supuesto una intensificación de la explotación y una transformación del territorio debido a la cantidad de madera necesaria para los trabajos de fundición.
Es ahora, con la conquista castellana, cuando debió iniciarse el proceso de transformación del cerro hasta llegar al paisaje que hoy podemos contemplar. Alrededor de las ruinas del castillo que coronan la elevación de mármol y mineral de hierro, encontramos numerosas cavidades y cortes en la roca, algunos de un tamaño realmente considerable.
El hecho de que no haya sistemas mineros complejos antes de 1900 demuestra que la minería debió de quedarse en un nivel muy primario. También es cierto que el tipo de mineralización y la topografía permiten, mediante técnicas sencillas, la explotación de grandes masas de mineral poco profundas o incluso superficiales sin problemas de desagüe o incluso de apuntalamiento. Es casi seguro que la pólvora y las barrenas -utilizadas en Europa al menos desde el siglo XVII- no se utilizaron para la extracción hasta la llegada de las empresas extranjeras.
La explotación alquifeña parece haber sido prácticamente abandonada a finales del siglo XIX, la actividad no es rentable sin una fuerte inversión de capital que o bien transforme el mineral en la comarca o bien sea capaz de llevarlo al puerto de Almería a precios competitivos.
LAS MINAS DE HIERRO EN LA ZONA DE GRANADA
El complejo minero "Minas de Alquife" está situado en los municipios de Alquife, Lanteira, Aldeire y Jeres del Marquesado, en la provincia de Granada.
Ha sido el mayor centro productor de hierro de España durante los siglos XIX y XX con exportaciones a Gran Bretaña, Francia, Holanda, Bélgica, Italia, Alemania y Rumanía.
Por sus valores históricos, geológicos, paisajísticos, técnico-industriales y etnológicos la mina de Alquife ha sido nombrada "Patrimonio Histórico Andaluz" y "Lugar de Interés Industrial".
La mina supuso un revulsivo económico y social para la zona, no sólo por la actividad que generó durante décadas, sino porque, gracias a la actividad industrial, la electricidad llegó a los hogares de la comarca del Marquesado del Zenete.
El inicio de la minería a gran escala a finales del siglo XIX
El verdadero auge de la minería del hierro en el Zenete tuvo lugar entre finales del siglo XIX y principios del XX.
El 5 de abril de 1884 se otorgó la primera concesión minera en el cerro del Alquife, conocida como "La Oportunidad", a Pedro de Castro y Borlaz.
En 1889, un grupo inversor formado por varias entidades francesas y el Banco de Madrid obtuvo la concesión para construir y explotar la línea de ferrocarril de Linares a Almería. La llegada del ferrocarril acabaría abriendo las puertas a la minería capitalista a gran escala en el Marquesado. Los estatutos de la sociedad minera recogen que las minas estaban en funcionamiento en esa época, pero su actividad debió ser muy modesta.
Como se deduce del volumen de mineral extraído en aquella época, los trabajos apenas habían comenzado. Lo mismo se deduce del informe redactado en 1900 por la nueva empresa, en el que se afirma que "la agricultura es el único medio de vida de las poblaciones situadas en el Marquesado, que se encuentran en un radio de 10 kilómetros..." y que "un gran número de jornaleros, al carecer de recursos, tienen que salir a buscar trabajo en otras regiones".
Fue hacia 1910, especialmente con el uso de la pólvora y los medios mecánicos, cuando el cerro se transformó más.
Las minas de Alquife comenzaron a explotar en 1900 y hasta mediados de los años 40 su contribución a la producción provincial de mineral de hierro osciló entre el 70% y más del 90%. Continuando con las labores interiores emprendidas por su predecesora y alternándolas con nuevos tajos a cielo abierto, la empresa escocesa elevó la producción nacional a 300.000 toneladas en 1910.
Pasarían casi veinte años antes de que se volviera a alcanzar ese umbral. Los problemas de transporte se agravaron con la Primera Guerra Mundial, la crisis de mercado de la posguerra y las diferencias con el concesionario del ferrocarril hicieron que los trabajos de extracción se paralizaran de 1921 a 1925. Su producción total se limitó a 800.000 toneladas, aunque empleaba un número de personas equivalente al de su competidor.
En 1929, las propiedades mineras fueron vendidas a la Compañía Andaluza de Minas, S.A. (CAM). (CAM), lo que marcó el inicio de una nueva era en la minería del Marquesado.
La minería en el siglo XX
En agosto de 1929, todos los derechos y propiedades fueron vendidos a la recién creada empresa Andaluza de Minas (CAM), que tenía explotaciones mineras en Argelia.
Los gestores de la CAM abordaron la explotación de sus concesiones con el objetivo de continuar, en la medida de lo posible, las labores subterráneas e iniciar, en varias fases, un gigantesco desmonte que permitiera el paso a un sistema completo de minería a cielo abierto. Con medio millón de toneladas alcanzadas por la producción provincial de hierro en 1935, la mina de la CAM era ya la mayor en volumen de producción de la provincia.
Con el paso de los años, la CAM reforzó su explotación a cielo abierto, iniciada en 1945, cerrando definitivamente sus labores subterráneas en 1964, y a partir de ese año su producción se abastece exclusivamente a cielo abierto.
La producción de mineral vendible comenzó a aumentar gracias a las técnicas de desmonte de la cubierta aluvial. En 1967 se superó el millón de toneladas de mineral de hierro vendido. En 1971 se alcanzó el hito de los dos millones de toneladas vendidas, llegando a los tres millones en 1974.
De 1975 a 1977, la producción descendió ligeramente, pero en 1978 comenzó a recuperarse y en 1985 se alcanzó el mayor nivel de ventas de la historia de la minería del hierro en la provincia y en el país: más de 3,7 millones de toneladas. Un año antes, la CAM había adquirido todos los activos mineros de AGRUMINSA en la región, aunque en realidad, desde 1973 era la única operadora, ya que ésta había cesado su actividad.
El declive de la minería del hierro en el Marquesado comenzó en 1986, cerrando CAM su balance anual con pérdidas de 500 millones de pesetas, no recuperando beneficios hasta el cierre total de la explotación minera en 1996.
En 1996, tras varios planes de viabilidad destinados a salvar la actividad minera, la CAM entró en concurso de acreedores y sus activos fueron liquidados tras un complicado procedimiento judicial que fragmentó la unidad minera, dificultando la reapertura de la mina. El cierre de la mina provocaría una aguda crisis económica y de empleo en toda la comarca de Guadix, cuyas consecuencias aún se dejan sentir en la que todos los parámetros señalan como la comarca más deprimida de Andalucía.
En mayo de 2011, la empresa holandesa Minas de Alquife Holding B.V. adquirió la totalidad de las acciones de la sociedad Minas de Alquife, S.L. (MdA), copropietaria mayoritaria de los derechos mineros de explotación de las Minas del Marquesado.
A partir de ahora, MdA había iniciado un ambicioso programa para determinar la viabilidad de la reapertura de las Minas del Marquesado, que podría suponer la recuperación en los próximos años de una actividad milenaria que ha forjado la historia y el carácter de toda una comarca y de innumerables generaciones de familias que han vivido el extraordinario progreso económico y social que ha supuesto la minería del hierro desde mediados del siglo XX.
Minas de Alquife reinició su actividad minera en 2020.